El pardillo sizerín se diferencia del pardillo común por poseer en todos los plumajes el dorso fuertemente estriado, dos franjas alares y, en la cabeza, una combinación de frente roja, pico amarillento y diminuto babero negro. Los machos en época de cría presentan una amplia mancha carmín extendida sobre el pecho, el cuello y los lados de la cara. El área de distribución del pardillo sizerín se extiende por el norte de Europa, Asia y América. A veces se le encuentra más al sur como migrador ocasional. Habita en zonas montañosas, tundras y bosques, en especial de abedules, coníferas, alisos, sauces y enebros. El nido tiene forma de copa y suele estar construido de palitos, pequeñas ramas, raíces, líquenes y plumas, y en su interior se depositan unos 4 o 5 huevos, aunque en algunas oportunidades son sólo 3 y en otras alcanzan los 7. Éstos son incubados por la hembra durante 10 a 13 días aproximadamente. Las crías son alimentadas por ambos progenitores y al cabo de 11 a 14 días desde la eclosión, abandonan el nido. El pardillo sizerín efectúa una o dos puestas anuales. Además de bonitos, son muy dóciles, tienen muchas mutaciones de color y en cautividad se crían con cierta facilidad. La reproducción de estos fringílidos no es muy complicada, es más, diría que es una de las más sencillas de todas las especies que componen nuestra querida fauna europea. Ambos componentes de la pareja empiezan a mostrar síntomas de celo a partir de mediados de abril (claro está, en condiciones de luz y temperatura natural ). El macho empezará a cantar cada vez con más fuerza e insistencia, estará agresivo y las peleas entre los componentes de la pareja se sucederán.
Hay que vigilar que no sean demasiado violentas. Probaremos a la hembra poniendo un poco de pelote en los barrotes de la jaula. Si en poco tiempo empieza a coger y a llevarlo de un lado a otro de manera inquieta, es el momento de introducir los nidos. Siempre es mejor poner dos nidos, uno de ellos le camuflo con plantas artificiales o un trocito de malla de sombreo verde, y el otro le pongo en el otro extremo de la jaula sin ningún tipo de ocultamiento. La hembra elegirá el nido que más le guste y comenzará la construcción de un nido pequeño, perfectamente redondo y bastante profundo.
Hay que decir que aproximadamente en un 80 % de los casos elegirá el nido camuflado, pero hay un no despreciable número de hembras (sobre todo las más mansas) que elige el nido que está al descubierto. El material que uso para la construcción del nido es sisal, yute, algodón... (la mezcla que todos conocemos). Normalmente comienzan la puesta cuando han terminado completamente la construcción del nido, pero algunas hembras, sobre todo primerizas, comienzan a poner antes de terminar totalmente el nido, y hay que estar atentos porque siguen acumulando "pelote" encima del huevo recién puesto y nos puede pasar desapercibido, con lo que ese huevo tendrá nulas posibilidades de eclosión, ya que aunque la temperatura puede ser suficiente para el desarrollo del embrión, el huevo no será volteado por la hembra e irremediablemente morirá. Las puestas más comunes son las de 5 huevos, aunque puestas de 6, 4 y 7 huevos (en ese orden) son también muy frecuentes. Otro detalle a vigilar es que, debido a la gran frecuencia con la que se producen puestas de 6 y 7 huevos, en ocasiones los huevos no caben en el nido, habiendo 1 o 2 de ellos encima de los demás.
Esto es algo que hay que evitar, bien pasando algún huevo a otra hembra o bien sacrificando alguno de ellos, ya que es preferible esto a que se rompa alguno de los huevos (cosa bastante probable), ensucie los demás y se queden pegados unos a otros o en el fondo del nido, impidiendo así el volteo por parte de la hembra y dando al traste con la totalidad de la puesta.
Las hembras no son para nada delicadas para este proceso. A los 4-5 días de incubación se puede ver a trasluz perfectamente si el huevo está "pisado" o no. Hay que estar atentos también al comportamiento del macho en esta etapa, ya que puede ser demasiado agresivo y molestar a la hembra mientras incuba.
Utilizaremos en ese caso el tabique de rejilla. Después de 12 días de incubación nacerán los polluelos. Estos primeros días de vida son de vital importancia los gusanos congelados, los cuales harán, con su elevado contenido proteico, que los polluelos crezcan muy deprisa y de manera satisfactoria. La alimentación en esta etapa estará compuesta por los gusanos congelados, semillas germinadas, pasta de cría y brócoli (además de la mixtura y el panizo).
Si todo va bien, en el 4º ó 5º día habrá que anillar a los polluelos. Si esperamos más, es posible que ya no podamos introducir su anilla reglamentaria de 2,4 mm , debido al rápido crecimiento de estos primeros días. Conviene tapar la anilla con esparadrapo y vigilar que la hembra no intente sacárselas. Aproximadamente a los 15 días saltarán del nido y a los 24 ya son capaces de alimentarse por sí mismos, principalmente de semillas germinadas, gusanos y panizo. En el momento en el que los polluelos empiezan a salir del nido, la hembra comenzará una nueva puesta en el mismo nido, que si tiene "pelote" a disposición es posible que lo arregle (aunque no siempre). La participación del macho en todo el proceso de cría es altamente recomendable (si no molesta y ayuda a cebar a los polluelos), pero no es imprescindible.
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